Iniciamos hoy la publicación de oraciones que nos pueden ayudar en nuestro camino en la enseñanza de la Fé a nuestros hijos y lo hacemos con esta preciosa oración de Ignacio Larrañaga:
Un corazón fuerte
para aspirar por los altos ideales y no por opciones mediocres.
Un corazón
generoso en el trabajo, viendo en el no una imposición sino una misión que me
confías.
Un corazón grande para el sufrimiento, siendo
valiente soldado ante mi propia cruz y sensible cirineo para la cruz de los demás.
Un
corazón grande para con el mundo, siendo comprensivo con sus fragilidades pero
inmune a sus máximas y seducciones.
Un corazón grande para los hombres, leal y atento
para con todos pero especialmente servicial y delicado con los pequeños y
humildes.
Un corazón nunca centrado sobre mí, siempre apoyado en ti, feliz de
servirte y servir a mis hermanos,
¡oh, mi Señor! todos los días de mi vida.
Amén”.
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