sábado, 27 de abril de 2013

DOMINGO 28 DE ABRIL


DOMINGO V DE PASCUA 

“Amaos, como yo os he amado”


Amigos: La alegría de la primavera se cuela hasta nuestra Iglesia y la naturaleza nos habla de vida y de color. También comienzan en estos domingos, las primeras comuniones. Jesús nos dice que los cristianos tenemos que ser signos de amor. Hacer el bien. Por eso sentimos una gran alegría.


. El amor, el hacer el bien a todos: señal de que somos seguidores de Jesús
Resucitado. ¿Cómo lo practicas con tus compañeros?
. Algunos ejemplos de hacer el bien en tu ambiente: ayudar en las tareas,
jugar con quien nadie juega, querer a los padres, estar alegre…





PETICIÓN DE PERDÓN
1. Porque no seguimos el camino que nos lleva a ti. Señor, ten piedad.
2. Porque no escuchamos la verdad que se nos dice en casa o en colegio.
Cristo, ten piedad.
3. Porque no cuidamos la vida de la naturaleza, de las personas y de
nosotros mismos. Señor, ten piedad.


PRIMERA LECTURA 

(Hechos de los Apóstoles 14, 20b-26)
Continúa el ambiente de dar a conocer el nombre de Jesús Resucitado. Eran valientes en anunciarlo y ser testigos.
En aquellos días, Pablo y Bernabé recorrían pueblos y ciudades anunciando el nombre de Jesús y exhortando a los discípulos a perseverar en la fe.
Llegaron a Antioquia, de donde los habían enviado, con la gracia de Dios, a la misión que acababan de cumplir. Al llegar, reunieron a la comunidad, les contaron lo que Dios había hecho por medio de ellos y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe.
Palabra de Dios.


EVANGELIO  “Os doy un mandamiento nuevo”

 (Juan 13, 31-33).
Lectura del santo evangelio según san Juan.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Os doy un mandamiento nuevo, que os améis unos a otros como yo os he amado. La señal por la que conocerán que sois discípulos míos será que os amáis unos a otros.
Palabra del Señor




ENCUENTRO DE FAMILIAS.


       
         A este encuentro estáis llamadas todas las Familias de los niños de 1º, 2º,3º y poscomunión de catequesis.

         Tema: La formación moral de la conciencia
                      (Continuación del impartido el año pasado)
         Día: 27 de Abril, sábado.
         Hora: 6 a 7 de la tarde.
Lugar: Locales de la Parroquia de Santa María de Cueto.

Estará con nosotros Paloma González Santos, Esclava del S.C. de Jesús. Profesora de ESO, en el   Colegio -  Esclavas.
.
Nota: Os rogamos puntualidad.  Habrá guardería para niños.

Si pedís algo en mi nombre, yo lo haré


Hoy, cuarto Sábado de Pascua, la Iglesia nos invita a considerar la importancia que tiene, para un cristiano, conocer cada vez más a Cristo. ¿Con qué herramientas contamos para hacerlo? Con diversas y, todas ellas, fundamentales: la lectura atenta y meditada del Evangelio; nuestra respuesta personal en la oración, esforzándonos para que sea un verdadero diálogo de amor, no un mero monólogo introspectivo, y el afán renovado diariamente por descubrir a Cristo en nuestro prójimo más inmediato: un familiar, un amigo, un vecino que quizá necesita de nuestra atención, de nuestro consejo, de nuestra amistad.

«Señor, muéstranos al Padre», pide Felipe (Jn 14,8). Una buena petición para que la repitamos durante todo este sábado. —Señor, muéstrame tu rostro. Y podemos preguntarnos: ¿cómo es mi comportamiento? Los otros, ¿pueden ver en mí el reflejo de Cristo? ¿En qué cosa pequeña podría luchar hoy? A los cristianos nos es necesario descubrir lo que hay de divino en nuestra tarea diaria, la huella de Dios en lo que nos rodea. En el trabajo, en nuestra vida de relación con los otros. Y también si estamos enfermos: la falta de salud es un buen momento para identificarnos con Cristo que sufre. Como dijo santa Teresa de Jesús, «si no nos determinamos a tragar de una vez la muerte y la falta de salud, nunca haremos nada».

El Señor en el Evangelio nos asegura: «Si pedís algo en mi nombre, yo lo haré» (Jn 14,13). —Dios es mi Padre, que vela por mí como un Padre amoroso: no quiere para mí nada malo. Todo lo que pasa —todo lo que me pasa— es en bien de mi santificación. Aunque, con los ojos humanos, no lo entendamos. Aunque no lo entendamos nunca. Aquello —lo que sea— Dios lo permite. Fiémonos de Él de la misma manera que se fió María.
Comentario: Rev. D. Iñaki BALLBÉ i Turu (Rubí, Barcelona, España)

domingo, 14 de abril de 2013

SACRAMENTO DE LA PENITENCIA

El sábado 20 de abril

 Celebración del sacramento de la penitencia.


Los invitamos a acompañarlos en este momento tan importante. La cita será a las 18:00 hrs.

1º DE CATEQUESIS, CATEQUESIS FAMILIAR


DOMINGO 14 DE ABRIL



DOMINGO III DE PASCUA (C)

“Tomó el pan y se lo dio”

Amigos: ¡Con qué alegría vivimos este tiempo de primavera y de resurrección! Así nos quiere Jesús, siempre presente en nuestras vidas. Hoy también el evangelio nos va a presentar a Jesús resucitado como alguien que se interesa por la vida de sus amigos, y hasta come con ellos. Nosotros vamos a acoger a Jesús en nuestra fiesta, que es su fiesta de la eucaristía.


Jesús nos pregunta hoy lo mismo que a Pedro ¿Me quieres?, revistámonos de Cristo y digámosle. Si, te quiero y quiero estar junto a ti.

PRIMERA LECTURA (Hechos de los Apóstoles 5, 27b-32. 40b-41)

En aquellos días, el sumo sacerdote interrogó a los apóstoles y les dijo:
- ¿No os habíamos prohibido formalmente enseñar en nombre de ese? En cambio vosotros habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsables de la sangre de ese hombre.
Pedro y los apóstoles replicaron:
- Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. “El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús a quien vosotros matasteis colgándolo de un madero”.
Azotaron a los apóstoles, les prohibieron hablar en nombre de Jesús y los soltaron. Los apóstoles salieron del Consejo contentos de haber merecido aquel ultraje por el nombre de Jesús.
Palabra de Dios.

EVANGELIO O (Juan 21, 1-19). Jesús se acerca, toma el pan y se lo da.

Lectura del santo evangelio según san Juan:
Después de esto, Jesús se apareció otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Sucedió así: 
estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos. 
Simón Pedro les dijo: "Voy a pescar". Ellos le respondieron: "Vamos también nosotros". Salieron y subieron a la barca. Pero esa noche no pescaron nada. 
Al amanecer, Jesús estaba en la orilla, aunque los discípulos no sabían que era él. 
Jesús les dijo: "Muchachos, ¿tienen algo para comer?". Ellos respondieron: "No". 
El les dijo: "Tiren la red a la derecha de la barca y encontrarán". Ellos la tiraron y se llenó tanto de peces que no podían arrastrarla. 
El discípulo al que Jesús amaba dijo a Pedro: "¡Es el Señor!". Cuando Simón Pedro oyó que era el Señor, se ciñó la túnica, que era lo único que llevaba puesto, y se tiró al agua. 
Los otros discípulos fueron en la barca, arrastrando la red con los peces, porque estaban sólo a unos cien metros de la orilla. 
Al bajar a tierra vieron que había fuego preparado, un pescado sobre las brasas y pan. 
Jesús les dijo: "Traigan algunos de los pescados que acaban de sacar". 
Simón Pedro subió a la barca y sacó la red a tierra, llena de peces grandes: eran ciento cincuenta y tres y, a pesar de ser tantos, la red no se rompió. 
Jesús les dijo: "Vengan a comer". Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: "¿Quién eres", porque sabían que era el Señor. 
Jesús se acercó, tomó el pan y se lo dio, e hizo lo mismo con el pescado. 
Esta fue la tercera vez que Jesús resucitado se apareció a sus discípulos. 
Después de comer, Jesús dijo a Simón Pedro: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?". El le respondió: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis corderos". 
Le volvió a decir por segunda vez: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas?". El le respondió: "Sí, Señor, sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas". 
Le preguntó por tercera vez: "Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?". Pedro se entristeció de que por tercera vez le preguntara si lo quería, y le dijo: "Señor, tú lo sabes todo; sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas. 
Te aseguro que cuando eras joven, tú mismo te vestías e ibas a donde querías. Pero cuando seas viejo, extenderás tus brazos, y otro te atará y te llevará a donde no quieras". 
De esta manera, indicaba con qué muerte Pedro debía glorificar a Dios. Y después de hablar así, le dijo: "Sígueme". 




domingo, 7 de abril de 2013

DOMINGO 7 DE ABRIL


DOMINGO II DEPASCUA

Tomás: “Si no veo, no creo”

Nos ha llegado el hecho de la resurrección de Jesús a través del testimonio.
. Somos testigos de la Resurrección. Eres testigo de que Jesús vive.
. No porque hayamos “visto” físicamente a Jesús.
. Sino porque “creemos” a quienes convivieron con el Señor resucitado y así nos lo han transmitido. Además, lo “experimentamos” en nuestro interior.
. “Sabemos” que el Señor está presente en su Iglesia y en nuestra vida.
. Seamos testigos “alegres” del Señor resucitado. La alegría contagia.






Amigos: El domingo pasado resonaba en esta Iglesia el “pregón pascual” anunciando que “el Señor resucitó”. Durante esta semana pasada hemos vivido esta gran alegría. Los signos que hoy nos acompañan nos hablan de vida y de una vida para siempre. Por eso somos gente con ilusión y esperanza, gente que
creemos que Jesús acompaña nuestra vida.


PRIMERA LECTURA (Hechos de los Apóstoles 5, 12-16)

Lectura de los Hechos de los Apóstoles:
Los apóstoles hacían muchos signos y prodigios en medio del pueblo.
Los fieles se reunían de común acuerdo en el pórtico de Salomón; los demás no se
atrevían a juntárseles, aunque la gente se hacía lenguas de ellos; más aún, crecía el número de
los creyentes, hombres y mujeres, que se adherían al Señor.
La gente sacaba a los enfermos a la calle, y los ponía en camillas, para que al pasar
Pedro, su sombra por lo menos cayera sobre alguno.
Mucha gente de los alrededores acudía a Jerusalén llevando enfermos y poseídos de
espíritu inmundo, y todos se curaban.
Palabra de Dios.


EVANGELIO (Juan 20, 19-31). Tomás: “si no veo, no creo”.

NARRADOR: Lectura del santo evangelio según San Juan. Al anochecer de aquel día, el
primero de la semana, estaban los discípulos en una casa con las puertas cerradas, por miedo a
los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
JESÚS: Paz a vosotros.
NARRADOR: Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de
alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
JESÚS: Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.
NARRADOR: Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:
JESÚS: Recibid el Espíritu santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados;
a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.
NARRADOR: Tomás, uno de los doce, llamado “el Mellizo”, no estaba con ellos cuando vino
Jesús. Y los otros discípulos le decían:
DISCÍPULO: Hemos visto al Señor.
NARRADOR: Pero él les contestó.
TOMÁS: Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los
clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo.
NARRADOR: A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó
Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo:
JESÚS: Paz a vosotros.
NARRADOR: Luego dijo a Tomás.
JESÚS: Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas
incrédulo, sino creyente.
NARRADOR: Contestó Tomás.
TOMÁS: ¡Señor mío y Dios mío!
NARRADOR: Jesús le dijo:

JESÚS: ¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.
NARRADOR: Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de
los discípulos. Éstos se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para
que, creyendo, tengáis vida en su nombre.
Palabra del Señor.






viernes, 5 de abril de 2013

UNA REFLEXIÓN DE RESURRECCIÓN

Aparición de Jesús en el mar de Tiberíades

Oración introductoria 

Jesús mío, que mi oración en este primer viernes de Pascua me lleve a descubrirte en mis actividades ordinarias de este día, como lo hizo san Juan. Además, te suplico me des la fuerza para saber responder con prontitud, como lo hizo el apóstol Pedro, a tu llamado. 

Juan 21, 1-14. Pascua. Pidamos a Jesús nos conceda el don de la oración, entonces el sufrimiento se convierte en gozo, y la duda en esperanza.


Los apóstoles estaban desilusionados, tristes, decepcionados. Entonces tuvieron una idea genial: volver al lugar donde tantas veces habían experimentado el gozo del encuentro con Jesús. el Lago, las vivencias, la pesca. Ahí surge de nuevo el encuentro, las brasas, los peces de la pesca, el almuerzo compartido. a veces necesitamos volver a los momentos gozosos vividos juntos para experimentar de nuevo la ilusión. 

Petición 

Dame el ímpetu y el liderazgo de Pedro, que supo reconocerte a pesar de su debilidad.


( Bibliografía: El Evangelio Diario 2013 En la compañia de Jesús y Catholic.net)